Las lecciones de perseverancia que aprendí de estos lugares de NYC

¡Feliz jueves! Estoy feliz de escribirles y de poder platicarles sobre mi viaje a Nueva York. Más allá de contarles en qué consistió mi itinerario –y sobre lo rico que he comido jaja– me gustaría destacar el hecho de que esta ciudad siempre me sorprende por las miles de historias que tiene que contar. Por ejemplo, varios de los lugares que hoy son icónicos aquí, son un claro ejemplo de que una de las claves del éxito, es la perseverancia.

Siguiendo con el lema de Alicia Keys ‘New York, concrete jungle where dreams are made of’ y la frase que he escuchado mil veces en mi familia ‘el que persevera alcanza’, hoy les puedo decir que muchas de las historias de éxito en Nueva York son una combinación de ambas maneras de pensar. Sí, aquí y en cualquier lugar si somos constantes, si creemos en nosotros y sobre todo, si aprendemos a nunca conformarnos, podremos lograr cosas increíbles e inimaginables.  Sigue leyendo para descubrir las lecciones que aprendí de las historias de innovación y perseveranciaque cuentan cada uno de estos lugares, creados por personas ordinarias que se atrevieron a soñar.

¡Espero que estas historias les sirvan de inspiración para seguir luchando por conseguir lo que quieren! Los amo.

Dominique Ansel

El chef parisino Dominique Ansel, conocido como el creador del cronut, una combinación entre un croissant y una dona, es considerado uno de los mejores reposteros del mundo. Al día de hoy tiene un restaurante en West Village –que cambia de menú cambia cada ocho semanas–, uno en Los Ángeles, uno en Tokio y otro en Londres. Cuando era niño, para él los dulces eran un lujo por lo que trabajó hasta conseguir tener su propia fábrica de postres. Cada una de las delicias que ofrece en ellos está pensada en la cultura local y busca darle una experiencia única a cada cliente que las prueba. Hoy pude conocer este lugar y de verdad lo AMÉ. La lección que aprendí:

«Nunca es suficiente».

Milk Bar Bakery

La chef Christina Tosi es la dueña de esta cadena que nació en Nueva York y que hoy tiene varias sucursales en esta ciudad, en Toronto, en Washington y en Las Vegas. Su amor por los postres la llevó a estudiar en el French Culinary Institute para después trabajar como chef de pastelería en restaurantes de lujo de Nueva York hasta descubrir que la formalidad no era para ella y su verdadera pasión estaba en los platillos hechos con ingredientes típicos de Estados Unidos. Poco después emprendió con el proyecto Momofuku Milk Bar. Hoy en día, delicias innovadoras como el Birthday Cake, el Crack Pie y su legendario helado de leche de cereal, le han dado popularidad en todo el mundo y han llevado a la marca a revolucionar la industria de la repostería con una plataforma digital que envía productos recién horneados a todo el mundo. La lección que aprendí:

«Hay que ser audaz en todo sentido y tratar de encontrar inspiración en las tradiciones que aprendiste en casa».

Cha Cha Matcha

Matthew Morton y Conrad Sandelman se conocieron en Universidad de Nueva York, donde estudiaron administración comercial y hospitalidad. Después de graduarse de NYU en 2015, viajaron por todo el mundo, hasta llegar a Uji, Japón. Inspirándose en la gente de este lugar y en la pasión por los detalles, regresaron a Manhattan y abrieron esta tienda de matcha que explora lo mejor de las prácticas de té oriental. Cha Cha Matcha se deriva de la palabra «Ocha», que se traduce como «té» en japonés. Hoy, este este lugar de té es uno de los más visitados en NYC y en lo personal, uno de mis favoritos. La lección que aprendí:

«Viajamos para cambiar no de lugar, sino de ideas».

Sushi Of Gari

A sus 19 años, Gari ya era chef en Japón y desde los 15 años estudió paso a paso la elaboración del sushi. En 1978 viajó a Estados Unidos para ayudarle a un amigo con la apertura de un restaurante japonés en Nueva York. Posteriormente, trabajó como chef de sushi para varios spotsde comida japonesa y descubrió todas las debilidades de estos lugares –desde la salsa de soya hasta la calidad de los ingredientes– para después abrir su propio restaurante en 1997 en el Upper Eastside de Manhattan. Hoy en día, Gari tiene tres restaurantes más en NYC, uno en Tokio y otro en Los Ángeles. La lección que aprendí:

«Los pequeños detalles hacen grandes diferencias».

Birch Coffee

Birch Coffee empezó como una idea y su filosofía está basada en el amor de dos personas por su trabajo.  Ubicadas en toda la ciudad, estas cafeterías buscan crear un sentido de comunidad en medio del caos de Nueva York e invita a sus clientes a relacionarse los unos con los otros. La lección que aprendí:

«Si amas lo que haces, no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida».

Oddfellows

Muchos de los sabores en este lugar parecen no tener sentido y son creados por el chef Sam Mason, quien trajo la receta de helado de aceite de oliva de España. Para lograr los mejores productos, pasteurizan su propia base de helado, utilizando productos lácteos de origen local, hechos en su cocina de Brooklyn.  ¿El resultado? Sabores distintivos, cremosos y deliciosos que van desde interpretaciones nuevas de los clásicos hasta lo poco convencional.

«No se trata sólo de tener ideas, el secreto está en lograr que esas ideas se conviertan en realidad».